Todos conocemos la misteriosa historia en que fue aprendido el Mayo Zambada, Joaquín Guzmán, y la muerte de Héctor Melesio Cuén Ojeda.
A más de 15 días de lo acontecido, poco o nada se sabe al respecto, nos referimos a la verdad, al esclarecimiento de lo que verdaderamente ocurrió.
Como era de esperarse las especulaciones han sido las mismas historias que hemos leído y escuchado. Historias que en buena medida significan oportunidad para poner en el banquillo de los acusados, primero el gobernador Rubén Rocha Moya, como implicado en el caso, sobre todo en lo que respecta a la desaparición del ex rector. Si alguien quiere comprobar esta referencia solo basta con tocar el tema ante cualquier universitario ligado al cuenismo: para ellos el responsable es el gobernador.
También se acusa a la Cuarta Transformación. Pero para quienes mantienen una fuerte oposición a este proyecto, que encabeza el presidente López Obrador, la aprensión del Mayo representa la complicidad del gobierno mexicano con el narco, o la relación del presidente con la delincuencia.
Nada de eso está probado, pero tal parece que las autoridades de Estados Unidos, y los abogados del capo detenido, meten bastante ruido a la percepección y narrativas en México.
La reciente carta difundida, donde supuestamente, el Mayo hace declaraciones, vino a elevar las verdades a medias o mentiras a medias que miles de opinadores en este país emplean para fortalecer sus hipótesis.
La sociedad que desea saber lo que realmente ocurrió, sólo se confunde, pues, insistimos, nada está comprobado. Ni siquiera que la dichosa carta es, efectivamente, la declaración del Mayo.
Mientras tanto, este clima de información en todos los sentidos, sirven para que quienes mantienen sus cañones en contra de Andrés Manuel López Obrador, o el proyecto de la 4 T, logren hoy mayor raja política, o razón. Pues los trascendidos, como la famosa carta, son materia suficiente para señalar la ineficiencia del actual gobierno ante el combate del crimen organizado; o decir que lo corrido es producto de una relación entre el actual gobierno y el narco.
En cualquier mesa o café se habla la ecuación donde estuvo involucrado el Mayo, el hijo del Chapo, Cuén, y la idea de que alguien aseguró la presencia del gobernador en una supuesta reunión donde se trataría el acuerdo para que hubiera paz entre la UAS y el Estado.
Esa historia se cuenta de una y mil formas. Y se enjuicia al factor de la ecuación que más conviene. Unos condenan al gobernador, otros a Cuén, y algunos se basan en lo que dictan los columnistas del centro del país. A quienes les creen sin alguna duda.
Así transcurre el tiempo en un clima de confusión, de cierta tensión, de dimes y diretes. De señalamientos, de expresiones de odio, de brillantes versiones que a nadie les consta, solo al autor.
Lo cierto hasta hoy es que arrebataron la vida de un político, de talla grande; detuvieron al más importante traficante; y lo cierto también, es que no hay nada claro al respecto. No hay información oficial precisa.
También lo cierto es una evidente intromisión del gobierno de Estados Unidos, ante el silencio del Mexicano. Eso también pega.
Pero sin duda las variadas opiniones, los múltiples señalamientos, son elementos de gran oportunidad para que los oponentes al proyecto de la cuarta transformación, tengan herramientas punzo cortantes.
Lo único que resta es que los ciudadanos comunes, como usted y nosotros, nos mantengamos alertas a lo que se dice, y mantener la suficiente voluntad para no ser parte de la confusión.