Donald Trump Rey de la Estrategia Política y de la Suerte

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El triunfo de Donald Trump, del partido republicano en Estados Unidos, fue sorpresa para muchos y también decepcion. Llegar de nuevo a la presidencia de Estados Unidos tiene varias lecturas para reflexionar. Entre ellas, escogemos la que implica la estrategia y habilidad política para convencer y orientar el voto a su favor. Él y su equipo manejaron exitosamente la comunicación política y el marketing, elementos primordiales que implican inversión económica. Así ganó las elecciones.

Fue un éxito, porque ganó. Y porque Trump era y es un producto difícil de “vender”. El magnate millonario se caracteriza como un líder autoritario con bastantes calificativos que debieron haber afectado negativamente su imagen.

Es un hombre misógino, que acude al discurso de odio, elementos delicados en la vida vanguardista del mundo. Fue acusado por violar leyes de su Estado, e intentó desconocer los resultados electorales en la elección que perdió. Todo eso en un país que se dice ser ejemplo mundial de la democracia, la justicia y el respeto. Donald Trump es todo lo contrario a ello.

Sin embargo, ganó las elecciones. Y eso se debe al buen manejo de su campaña, bajo las reglas de la buena comunicación política. Acudieron al análisis del contexto, con psicólogos y un equipo de comunicólogos que supieron enfocar el discurso y acciones para orientar el voto a su favor.

La investigación, de ese equipo, arrojó que a millones de votantes les “dolia” la crisis económica, por lo menos en dos aspectos: la vivienda cara, y la canasta básica muy elevada. Muchas respuestas a esos problemas llegaron a su discurso.

Otro tema que fue bien manejado por Trump es la inmigración. Paradójicamente quienes más se oponen a que sigan llegando inmigrantes a Estados Unidos, son otros inmigrantes que ya tienen tiempo de residencia, trabajo y vida hecha en el país del “sueño americano”. No quieren más competencia. Ese fenómeno lo empleó bien Donald Trump y le quitó a Kamala Harris más de 10 por ciento de votos de latinos.

Las imágenes, los colores, la logística de sus eventos, fueron frescos, llamativos, y actos de campaña bien ordenados. Su eslogan “Hacer Grande a América, Otra vez” fue como recordar con nostalgia que con Trump les fue mejor que con el régimen de Bidem.

A esto le sumamos la suerte. Pues sufrir el intento de asesinato, sin duda que ese suceso alarmante y lastimoso tocó a las las fibras más sensibles de la población: ¿por qué ganarle a la mala?, como decimos en México.

Entonces el excelente trabajo del Marketing, producto de la investigación, el análisis, y la interpretación por especialistas —que cuesta mucho dinero en campañas políticas— llevó al “indeseable” Donald Trump de nuevo al gobierno del país más importante en el mundo.