Acude al cinematógrafo del Centro Municipal de las Artes este viernes y sábado
Intensa actividad vivirá este fin de semana el Cinematógrafo “Marco Lugo” del Centro Municipal de las Artes, cuando este viernes 16 y sábado 17 de mayo a las 18:00 horas inicie el festín de grandes producciones de directores y directoras nacidos en México.
Este viernes se proyecta Lxs Abandonxs, con la selección Cortometrajes de Animación, 12 películas cortas que compiten en el 22º Festival Internacional de Cine de Morelia.
Las emociones iniciarán con “Adarmia: El idioma de otros ojos”, obra del mexicano Ruy Osbahal Mascarúa López; continúa “Anima Natura”, de Andrea Gudiño; seguido de “El coleccionista”, de Alex Pelayo; y de “Crónicas azules”, de Miguel Anaya Borja.
El programa se completa con “Dolores”, de Cecilia Andalón Delgadillo; “Fulgores”, de Andrés Palma; “Memoria de un cuerpo desplazado”, de Mariana Mendívil; “Miedo”, de Ángel Iván González; “Nada siempre”, de Gabriela López Ruiz; “Lo oculto”, de Monserrat Soldu; “La piñata de Cen”, de Víctor Cervantes Guzmán; y “Ser semilla”, de Julisa Granillo.
Sábado 17 de mayo
“Bardo”, de Alejandro González Iñárritu, se proyectará a las 18:00 horas, obra con la que hace su regreso al cine mexicano con un trabajo monumental, un fresco personalísimo que transita entre la memoria, la fantasía y la crítica social.
Estrenada en la Competencia Oficial del Festival de Venecia 2022. Recibió el Premio a Mejor Fotografía en los Premios Ariel 2023, fue nominada al Oscar a Mejor Fotografía en 2023.
La historia sigue a Silverio Gama (Daniel Giménez Cacho), un periodista y documentalista mexicano que, tras décadas de vivir en Los Ángeles, regresa a su país para recibir un prestigioso premio. Sin embargo, el viaje se convierte en una inmersión alucinada a través de sus miedos, culpas y nostalgias, mientras lidia con el sentimiento de desarraigo y las contradicciones de su identidad.
Bardo no es un relato lineal; es un mosaico de imágenes oníricas, donde lo íntimo y lo histórico se entrelazan en escenas de una belleza abrumadora. En tiempos donde todo parece exigir inmediatez y claridad, Bardo es un acto de fe en el poder de la ambigüedad, un mapa incompleto que cada espectador debe terminar de dibujar con sus propios fantasmas, la entrada es libre con cupo limitado.

