ESTATAL. Como una incansable promotora de una cultura de paz, comprometida con las necesidades de su comunidad, denominó el gobernador Rubén Rocha Moya a la maestra rural Marisol Lizárraga Lizárraga, quien fue elegida para recibir este miércoles el Premio Estatal al Mérito Social “Agustina Ramírez” 2024, en el marco del evento conmemorativo por el 145 aniversario luctuoso de esta ilustre sinaloense, en cuyo homenaje anual, participaron autoridades civiles y militares.
Tras reconocer los amplios méritos del resto de las postulantes y la difícil decisión del jurado calificador, el mandatario estatal enfatizó la gran labor de la galardonada, quien organizó una sala de lectura para niños, alentando el rescate de historias cotidianas y fortaleciendo la memoria colectiva a través del establecimiento de un museo local.
“Cuando se otorga el Premio al Mérito Social ‘Agustina Ramírez’, estamos reconociendo el aporte humanista de quien lo recibe, su contribución notable a la cohesión de nuestro cuerpo social, a la inclusión y a la justicia. Todo ello es lo que hoy reconocemos en Marisol Lizárraga Lizárraga ¡Felicidades Marisol!, quien ha entregado su energía y su vitalidad juvenil a una noble y gran tarea, la de llevar bienes públicos esenciales, como son la educación y la cultura, a grupos sociales en condición de desventaja, con ello propicia su integración a la vida colectiva, con respeto pleno a su dignidad, así lo ha hecho como docente en educación inclusiva y como ciudadana comprometida”, expresó el Gobernador.
Por su parte, Graciela Domínguez Nava, Secretaria de Educación Pública y Cultura, destacó la importancia de que se haya instituido este galardón que privilegia el quehacer ciudadano más relevante.
“Nuestra galardonada nació en la comunidad de San Marcos, en el municipio de Mazatlán, entre sus méritos y acciones en bien de la comunidad, debe mencionarse que en 2009, mientras la región sur vivía una escalada de violencia, impulsó la conformación de talleres de dibujo y pintura en la plazuela de La Noria, con el fin de promover la sana convivencia entre las niñas y los niños de la localidad, asimismo, organizó una sala de lectura donde los habitantes de la comunidad no sólo pudieron compartir su sentir y vivencias en torno a la violencia, sino también lograron rescatar historias cotidianas y tradiciones locales”, externó la Secretaria.
Finalmente, la maestra Marisol Lizárraga, con voz entrecortada por la emoción, agradeció el reconocimiento y destacó que su labor nació como un escape a los hechos de alto impacto que vulneraron a su comunidad hace años y que al paso del tiempo, se convirtió en un lugar seguro para los ciudadanos.
“En una comunidad asolada por la violencia, una sala de lectura fue nuestro refugio, nuestro espacio, después se convirtió en imaginario donde las sesiones del museo se llevaban a cabo en cualquier lugar del poblado. No es gratuito que cuentos infantiles del gran Eduardo Galeano, la poesía de Juan Gelman y de Alfonsina Storni, narraciones de Peter Sichel, del coloquio de pájaros o el título de Las Lechucitas de Martín Waddell, nos encontraron, la literatura es así, nos ubica y nos pone de frente para acompañarnos en nuestros procesos, donde todos en esos tiempos, aprendimos a perder cosas valiosas y debíamos tener esperanza”, concluyó la galardonada.