Preguntas ante la necesaria apertura del tema.
Una de las primeras consecuencias o resultados que dejó el reciente proceso electoral, sin duda, es la eminente reforma al sistema judicial. Y la polémica o lo más delicado se centra en el posible acuerdo para elegir a los ministros y jueces.
Ahí está el detalle. Este punto es el más discutible, pues para quienes mantienen simpatías con el régimen que aún no muere, sostienen que la impartición de justicia debe mejorar pero bajo las reglas que han operado siempre.
Suena paradójico querer recomponer algo y mantener las mismas prácticas; por ejemplo, que los ministros de la suprema corte sigan surgiendo del acuerdo de partidos políticos en las cámaras, y del presidente en turno.
La propuesta de Andrés Manuel López Obrador, promovida por Claudia Sheinbaum y Morena es clara: que haya una reforma integral al sistema judicial y que entre los cambios, ocurra que el pueblo elija a quienes impartirán la justicia en el nuevo esquema del poder judicial.
Las preguntas surgen: ¿Qué mecanismo de consulta será el adecuado para que el ciudadano común emita su opinión? ¿Qué perfiles, y cómo deberán definirse las características de quienes tengan derecho a ser electos? ¿Habrá filtros para que no llegue cualquiera? ¿Cómo evitar que los aspirantes se politicen?
Y una pregunta más: qué papel están jugando los medios de comunicación, o cuál será su compromiso: ¿van a ser parte del análisis serio o seguirán haciendo propaganda?
Sin duda son preguntas, cuya repuesta implica mucha reflexión.
A los mexicanos nos queda expresarnos para exigir un amplio debate, como aparentemente se ha prometido, que sirva para que por primera vez el mayor número de mexicanos, participemos en una reconstrucción de lo que se busca sea el nuevo poder judicial. No es cosa menor, pero es necesario.
Muchos alegan que el actual es un sistema que tiene bondades, no lo dudamos, si se trata de identificar gente o profesionistas al interior que sí hacen bien su trabajo. Pero el problema de la justicia selectiva, y la misma injusticia, está en las cúpulas del mismo sistema, no en los funcionarios menores que en el mayor de los casos sólo reciben órdenes.
Atendiendo a la democracia pura, el mandato sería claro: la gente mayoritariamente ya votó para que ocurra no solo está reforma, sino varias que propuso la candidata electa Claudia Sheinbaum durante su campaña.
Pero la idea de abrir al debate cada una de las posibles reformas, le daría calidad a la transformación de la que tanto se habla.
Habría que estar al pendiente, pues otro tema interesante es conocer el compromiso de los medios de comunicación ante estos desafíos que implica la nueva conformación política de México. Los medios van a informar o a desinformar?