Primero fue Jesús Estrada Ferreiro, alcalde de Culiacán; después Luis Guillermo Benitez Torres, “El Químico” alcalde de Mazatlán. Hoy van por Jesús Octavio Vargas Landeros, alcalde de Ahome.
Tres alcaldes que llegaron al poder por Morena, el partido que fundó Andrés Manuel López Obrador, cuya principal bandera fue el combate a la corrupción.
A los tres alcaldes les reclamó la ASE acciones de adquisiciones fuera de la Ley. Ferreiro compró camiones recolectores de basura; El Químico pretendió comprar lámparas; y Vargas rentó vehículos para patrullas. Dice la ASE que las tres compras violaron las reglas de la Ley estatal.
Ante estos hechos las opiniones se dividen. Hay quienes asegurán que se trata de un mero linchamiento político en contra de los adversarios al gobernador; y que solo se usa al Estado para aniquilar enemigos.
Y también hay quienes argumentan que en Sinaloa, y en el contexto de Morena en el poder, nadie debe actuar sin respetar la Ley.
Dos perspectivas que dividen las opiniones de la clase política Sinaloense. También este tema alimenta los ánimos de cientos de plumas periodísticas, quienes asumen posturas en clara defensa de cada uno de los lados del fenómeno. Ambos frentes, lamentablemente, en el mayor de los casos, no parten de la razón, solo insisten en tenerla bajo cualquier argumento: Vargas, como Ferreiro y El Químico, son víctimas del Estado, o alcaldes que al sentirse fuertes perdieron el rumbo.
Ahora, los apoyadores del alcalde de Ahome, escriben que Vargas no es lo mismo que el Químico o Ferreiro, y resaltan relaciones del ex secretario de gobierno con la presidenta Claudia Sheimbaun. Es decir, al viejo estilo del PRI, suponen que desde el centro vendría la solución mágica.
A veces está versión adquiere fuerza cuando se compara este caso con el conflicto y desenlace del Estado y la UAS. Pero no queda más que estar atentos, por lo pronto la ASE avanza en su propósito, de tal manera que hoy los diputados han aprobado la solicitud de desafuero del alcalde del trébol.
Asi sucedió con Ferreriro y con el Químico. La ASE los dobló. ¿Ocurrirá lo mismo con Vargas? Parece que si. La ASE es de nuevo la protagonista en el combate a la probable corrupción.
