La semana anterior el gobernador Rubén Rocha Moya hizo un anuncio, que de cumplirse, sería un gran salto positivo para los servicios públicos, y el desarrollo económico del Puerto.
Aplicar más de 1 mil 200 millones de pesos a las “tripas” de la ciudad es quitar el mal olor y proporcionar higiene pública: una impactante acción de gobierno. Es atender una vieja y peligrosa demanda de los mazatlecos.
A propósito de los incrementos que trae el presupuesto estatal para el año entrante, el gobernador hizo el compromiso de apoyar al presidente municipal, Edgar Gonzalez Zatarain, con la aportación de 600 millones de pesos para una primera etapa, y empezar a resolver este problema.
Luego del impacto de las pasadas lluvias, la ciudad mostró su vulnerabilidad. El sistema de drenaje no sirve. Cualquier alteración de flujo líquido, lo colapsa.
Hoy día, miles de familias y gran parte de la ciudad, padecen el taponamiento y destrucción de las líneas de condición de aguas negras, y con ello el impacto de intensos olores de materia orgánica de desecho que corren en plena calle.
Esta situación es insoportable, y representa una grave señal para el desarrollo económico, pues el puerto vive del turismo, de la imagen, y de la higiene. Un “Warning” o advertencia de algún país que cuida a sus turistas sería desastroso para todos.
De ahí la importancia de ese anuncio que hizo el gobernador, y compromiso ante el presidente municipal: buscar, del actual presupuesto, 600 millones de pesos, resulta una medida muy necesaria, cuyo fin es resolver un anhelo de la sociedad mazatleca y de los empresarios: el drenaje de Mazatlán y el mal olor.