Seguridad y Medicina para Todos.

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La política iniciada por el gobierno federal para dotar de servicios médicos a millones de mexicanos que no tienen IMSS, ISSSTE, y que no pueden pagar atención privada, es alentadora y parece que va por buen camino.

Esta semana el gobernador Rubén Rocha Moya, junto a cinco gobernadores, firmó un convenio para que pasen al programa IMSS-BIENESTAR toda la infraestructura estatal médica para el control federal.

No es cualquier cosa, pues se trata de poner a disposición, en el caso de Sinaloa, 24 hospitales que han funcionado con bastantes limitaciones, en todo: sin médicos y medicinas.

También se van a este nuevo programa 227 centros de salud: esas pequeñas clínicas que se localizan en colonias populares o en pequeñas poblaciones. Y que igual, funcionan a medias.

Resulta ser desesperante para cualquier político, luchador social o ciudadano común, toparse en barrios, colonias y pueblos, a personas o familias con graves cuadros de enfermedad. Generalmente mexicanos pobres que no pertenecen a ningún sistema médico.

En el mayor de los casos a los enfermos se les entrega alguna cantidad económica -para salir del paso- o se les gestiona alguna silla de ruedas. Pero no se atiende el problema de fondo, y actualmente el sistema médico no tiene las opciones.

Tan solo en Sinaloa hoy se han contratado 227 especialistas médicos, y pronto serán 727 médicos generales y 450 enfermeras. Para cumplir con las metas federales y poder atender a los nuevos pacientes.

El gobierno estatal reporta avances: hoy existe medicamento en un 60 por ciento en hospitales integrales, que eran los más castigados. En el nivel de especialidades ahora están en 98 por ciento. La meta es llegar al cien.

Con este esquema IMSS-BIENESTAR, millones de ciudadanos, que tienen derecho ante la ley al servicio medico, por fin lo tendrán en la realidad.

Por eso decimos que la política implementada por el gobierno federal, que encabeza Andrés Manuel López Obrador, quién está por concluir su periodo, es alentadora para millones de trabajadores y ciudadanos comunes que hoy sobreviven y no cuentan con servicio médico.